Hace
algunos días nos topamos con esta sorpresiva nota, publicada en Radio
Nederland:
“México parece decidido a regresar al PRI
al poder 12 años después”
(link a ) http://www.rnw.nl/espanol/bulletin/m%C3%A9xico-parece-decidido-a-regresar-al-pri-al-poder-12-a%C3%B1os-despu%C3%A9s-0http://www.rnw.nl/espanol/bulletin/m%C3%A9xico-parece-decidido-a-regresar-al-pri-al-poder-12-a%C3%B1os-despu%C3%A9s-0
Ahora, en
este periodo de elecciones en México, hemos estado muy al pendiente de las
noticias en México, de los acontecimientos, y recientemente, de la respuesta
ciudadana ante la imagen del candidato del PRI que quieren pintar los medios de
comunicación. Una imagen por cierto muy similar a la que presenta esta noticia
en Radio Nederland, sin autor, pero con ANP/AFP al pie.
Esto nos
hace preguntarnos si Radio Nederland y/o quien lo escribió... a) curiosamente carece de acceso a google y
además ha estado aislado de las protestas en la calle contra Enrique Peña
Nieto, el candidato de PRI, las protestas en universidades, el alto descontento
en redes sociales y la falta de credibilidad de las encuestas que
convenientemente posicional al PRI a la delantera. O b) ahora resulta que el
PRI también le da línea a medios internacionales de comunicación, hasta ahora
los más objetivos observadores de lo que sucede en México. Francamente, ambas
opciones son un poco deprimentes.
Este
distanciamiento entre la realidad que vive la ciudadanía y la que presentan los
medios de comunicación no es novedad se ha vuelto más evidente durante el
periodo de campañas, ante la abierta deshonestidad de algunos medios de
comunicación, pero ya está presente desde hace tiempo:
Para
empezar se me ocurre el claro ejemplo de Atenco (donde por cierto el candidato
del PRI jugó un papel clave en la represión a los pobladores, de la cual aún
hay presos políticos, y casos de violaciones sin resolver).
Hablando en
términos de la situación de violencia que se vive en México, la ciudadanía ha
percibido que los medios constantemente sub-reportaban la gravedad de los
hechos, el número de muertos, o el número de ciudadanos afectados por la
violencia (adjudicando las muertes a bajas en los grupos de crimen organizado),
muchas veces en claro encubrimiento de las fuerzas de “seguridad”. Desconocemos
si esto era porque tenían las buenas intenciones de no generar pánico en la
población, pero nos inclinamos más bien a que los gobiernos federales y
estatales no querían reconocer el fracaso de sus medidas de combate al
narcotráfico.
Los medios
de comunicación juegan un rol aquí de mucha responsabilidad, que es comunicar
verazmente los acontecimientos a la sociedad para que ésta pueda participar, de
manera informada, en la vida política de su país.
Qué
deprimente que los medios de comunicación le den tan poco crédito a la
ciudadanía y deseen alimentarnos una versión de los hechos que no es. Qué
deprimente que se olviden tan fácilmente de su deber moral, y el rol que
juegan, y qué deprimente que la definición de “ser profesional” no parezca
requerir ni siquiera una búsqueda en google para confirmar lo que se publica.
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