Crónica por Judith Santopietro
También Publicada en Jornada Veracruz
También Publicada en Jornada Veracruz
Crónica
de la EuroCaravana43
Ámsterdam
y Leiden, Países Bajos, 17 y 18 de mayo de 2015.
Texto : Judith Santopietro*
Fotos: Josue W. Amador
43
papalotes en Vondelpark
El
primer día de la EuroCaravana43 finalizó con un pase de lista para
recordar a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Respondíamos ¡presente!, nadie lloraba, porque como el
sobreviviente Omar García dijo en
este viaje, la época de repetir los testimonios y llorar había
concluido: "Ya lloramos
bastante, se trata de saber cómo responder". Esa tarde 43
papalotes con sus fotos y sus nombres volaron en medio de un campo
verde.
La
jornada inició esa mañana luminosa
en Ámsterdam. En los jardines de la Casa Migrante aguardaban algunas
personas, y varios periodistas seguían entrevistando a los
representantes de la EuroCaravana43; un aire solemne y de expectación
por conocer más sobre el ataque a los normalistas de Ayotzinapa
flotaba en esa espera. Apenas a las 11 horas, se había realizado la
conferencia de prensa en la que el señor Eleucadio Ortega Carlos,
padre del desaparecido Mauricio Ortega Valerio; Omar García, vocero
del movimiento; y el abogado Román Hernández del Centro de Derechos
Humanos de la Montaña Tlachinollan, ubicado en Guerrero, detallaron
los objetivos de este viaje que incluyó 12 países y 19 ciudades de
Europa durante 33 días, y cuyo fin fue informar a la sociedad
europea sobre la crisis de derechos humanos que se vive en México.
Eran
alrededor de las 14 horas del 17 de mayo, cuando al menos 200
personas, entre neerlandeses y mexicanos, iniciamos el recorrido con
la EuroCaravana43 en la varguardia. A diferencia de aquellas marchas
multitudinarias del otoño de 2014 en el Distrito Federal, que
presencié con la misma rabia e incertidumbre que miles de ciudadanos
ante la inminente represión por parte del gobierno capitalino, aquí
no había cohetones lanzados como una amenaza que nos recordaba la
Matanza del 2 de octube de 1968, ni granaderos dispuestos para
golpearnos; tampoco se contaban en horas los contingentes que
iluminaban con veladoras las noches posteriores al ataque contra los
normalistas.
Los
manifestantes avanzamos desde la Casa Migrante, a través de una
ciudad repleta de canales por donde fluyen los últimos brazos del
Rin y donde aún permanece en pie la casa-escondite de Ana Frank.
Exigíamos justicia por Ayotzinapa con pancartas que colgaban de las
bicicletas, con banderas ensangrentadas y fotos de sus rostros
jóvenes; gritábamos consignas en español, inglés y neerlandés,
mientras atravesamos la arquitectura vieja de las calles principales
de Ámsterdan. Ante la expectación de la gente —quienes filmaban
con sus celulares y leían el breve documento en neerlandés que se
preparó para informarlos—, avanzamos hacia la emblemática Plaza
de los Museos para rememorar a cada
uno de los jóvenes desaparecidos la noche del 26 de septiembre de
2014, al grito de no justice, no
peace, one, two... forty three,
vivos se los llevaron, vivos los
queremos.
Interrumpíamos
así un domingo cotidiano en el parque Vondel, punto de reunión con
otras organizaciones holandesas donde se llevaron a cabo los
discursos de los representantes y algunas manifestaciones culturales
para hacer saber a la sociedad europea acerca de los crímenes que se
están cometiendo en México y la responsabilidad de sus gobiernos en
este conflicto.
Sus
ojos abiertos 80 años antes de Ayotzinapa
Entre
la fuerza emotiva del encuentro y el entusiasmo por escucharlos, Omar
García narró los momentos importantes del proceso organizativo que
creció a partir de la desparición forzada de los normalistas y,
reiteró, con la forma tenaz y franca que caracteriza sus discursos,
que no aceptarán la versión oficial ni las múltiples historias que
el Estado mexicano, a través de sus consulados, difunde con el único
fin de vincularlos con el narcotráfico y ensombrecer las
investigaciones: "En un crimen, ante las autoridades, el
investigado vas a ser tú y no el criminal". Enfatizó en la
madurez política que poseen los estudiantes de la Normal "Raúl
Isidro Burgos", ilustrada con la metáfora de los ojos abiertos,
al asegurar que ellos han sido conscientes de lo que ocurre en México
incluso 80 años antes, referiéndose al año 1933,
cuando la Normal se trasladó a la ex-hacienda de Ayotzinapa: "No
somos de las personas que abrieron los ojos a partir del 26".
Con
esto también criticó a quienes apenas han despertado a la dimensión
de la tragedia humanitaria en México, cuyo resultado no sólo es ese
número simbólico de 43 estudiantes, sino que desborda los más de
25 mil desaparecidos, 100 mil asesinados y 280 mil desplazados por la
violencia desde 2006, incluso como cifras que los especialistas
consideran conservadoras. Consideró que el peligro radicaría en
volver a cerrar los ojos frente a las desapariciones forzadas, las
persecuciones y los asesinatos que acontecen diariamente, en especial
contra activistas sociales, periodistas y mujeres. Con ese gesto de
dureza y valentía, y alzando el puño donde porta la pulsera con el
número 43, les pidió respetar y reactivar la lucha, no sólo como
escuchas o espectadores en momentos cruciales, sino
responsabilizándose en el ejercicio
diario de la justicia y la historia, para que estos hechos violentos
jamás se repitan. Se refirió entonces a la digna
rabia que les impide arrodillarse y
desistir en la incansable búsqueda de la justicia.
Momentos
después, el representante de Tlachinollan señalaba que los
intereses económicos de los países ricos son la causa que ha
generado mayor discriminación y genocidio en México, y son el marco
ideal para continuar la explotación de los pueblos indígenas, ya
que sólo priorizan el crecimiento económico sobre los derechos
humanos en sus acuerdos bilaterales. Así que instó a la sociedad
holandesa a exigir garantías a los derechos humanos de los mexicanos
en esos tratos comeriales. Para sorpresa de tantos, enfatizó en la
nula repercusión de las protestas frente a las embajadas, y propuso
que nuestra función sea interpelir a los gobiernos y participar en
la generación de conocimiento en las universidades, con el fin de
que no siga usándose para despojar a los pueblos.
Me`phaa
de la Montaña de Guerrero
En
el entorno de esta lucha por la presentación con vida de los
estudiantes, muchas veces se ha olvidado un componente esencial para
entender la raíz de los ataques constantes a las normales rurales, y
que incluso responde a la persistencia de enterrar estos modelos
educativos: la mayoría de los estudiantes proviene de pueblos
indígenas. Para muchos jóvenes, la Escuela Normal es una opción
con el fin de prepararse política y profesionalmente y ser
profesores rurales de educación primaria.
Pero
el señor Eleucadio Ortega nos recordó, a través de un fuerte
discurso en lengua Me`phaa/tlapaneco, que el caso de Ayotzinapa
resume la lucha histórica de los pueblos indígenas. Entonces narró
que en la búsqueda de los estudiantes hallaron fosas alrededor de
Iguala, Guerrero —tan sólo en ese estado de la República, se han
encontrado alrededor de 200 con al menos 299 cuerpos—, y evidenció
el intento del gobierno por hacer pasar aquellos cuerpos por los de
sus hijos, como una de las tantas burlas que ha urdido en el caso.
Para finalizar, hizo un recuento de los crímenes de lesa humanidad
más recientes en México:
Aguas
Blancas, masacre perpetrada por
la policía de Guerrero en 1995 contra miembros de la Organización
Campesina de la Sierra del Sur.
El
Charco, 11 jóvenes ejecutados
por soldados en 1998, Aguirre Rivero fungía como gobernador
sustituto de aquel estado, ostentaba el mismo cargo cuando la
agresión contra los normalistas de Ayotzinapa.
Tlatlaya,
madrugada del 30 de junio de 2014, el Ejército mexicano asesinó a
15 de los 22 hallados en una bodega.
Ayotzinapa,
26 de septiembre de 2014, policías municipales atacaron a los
normalistas, 6 personas ejecutadas, incluyendo 3 estudiantes: Daniel
Solís Gallardo, Julio César Ramírez Nava y Julio César Mondragón
Fontes, desollado. 20 estudiantes heridos, dos permanecen graves:
Aldo Gutiérrez Solano, disparo en la cabeza, muerte cerebral. Edgar
Andrés Vargas, bala en la cara, reconstrucción facial. Ambos
hospitalizados hasta hoy.
Apatzingán,
dos masacres acontecidas el 6 de enero de 2015, 16 asesinados,
"fueron los federales", señala la periodista Laura
Castellanos.
Tanhuato,
Michoacán, 22 de mayo de 2015, probable masacre cometida por fuerzas
federales, 42 asesinados, 6 de ellos fueron quemados.
Hay
que mencionar que no es el primer ataque perpetrado contra los
estudiantes, ya que en diciembre de 2011, en Chilpancingo, Guerrero,
durante un intento de desalojo realizado por corporaciones policiacas
estatales y federales, dos estudiantes fueron asesinados, tres
heridos, 24 personas privadas de su libertad y una persona torturada.
De
profundis: debate sobre
la crisis de seguridad en México
Al
lado de un canal en la calle Vliet, en Leiden, una placa conmemora a
los migrantes ingleses que vivieron aquí antes de partir hacia otro
continente y fundar Nueva Inglaterra, a principios del siglo XVII. En
los edificios y las casas de esta ciudad se despliegan gingantescos
poemas en otras lenguas del mundo; no parece haber sido bombardeada
en la Segunda Guerra Mundial. Una pared de puntos rojos es el telón
del poema "De profundis", escrito por Federico García
Lorca:
Los
cien enamorados
duermen
para siempre
bajo
la tierra seca.
Andalucía
tiene
largos
caminos rojos.
Córdoba,
olivos verdes
donde
poner cien cruces
que
los recuerden.
Los
cien enamorados
duermen
para siempre.
Leiden también fue la ciudad que recibió
a la EuroCaravana43, cobijada bajo el programa "Herencia de los
Pueblos Indígenas" de la Facultad de Arqueología y "Estudios
Latinoamericanos" de la Facultad de Historia de la Universidad
de Leiden, la más antigua de las provincias unidas de los Países
Bajos, fundada en 1575. En conjunto con la gran labor del "Colectivo
Países Bajos", organizado alrededor de la visita, un grupo de
especialistas y profesionales se reunió en el Klein
Auditorium para discutir el
caso de desaparición forzada de los estudiantes. En la mesa de los
panelistas estuvieron, además de los 3 representates de la caravana,
el dr. John Ackerman, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de
la Universidad Nacional Autónoma de México; la representante de
Asuntos Exteriores de los Países Bajos; la profesora Larisssa van
den Herik, especialista en derecho internacional de la Facultad de
Leyes de la Universidad de Leiden; la
dr. Anna Meijknecht del Centro de Desarrollo Legal Transfonterizo y
Europeo de la Universidad de Tilburg; Marlies Stappers, directora
ejecutiva de la organización
Impunity Watch; y el doctor José Carlos Aguiar, profesor de la
Universidad de Leiden.
A
diferencia de otros encuentros, en la Universidad de Leiden se logró
un debate que, a consideración de los representantes de la caravana,
fue uno de los más fructíferos en su ruta por Europa, ya que
permitió hablar sobre la crisis de seguridad y las implicaciones de
uno de los acuerdos
comerciales más relevantes entre
Europa y América Latina: el intercambio económico entre México y
los Países Bajos, segundo socio europeo de nuestro país, cuyos
principales componentes de la relación son el comercio y los
derechos humanos.
Caminos
rojos donde poner cien (mil)
cruces que los recuerden
Sin
detallar más la historia de lo
ocurrido la noche del 26 de septiembre de 2014, la Caravana planteó
algunas acciones ante un auditorio repleto de estudiantes,
investigadores, artistas y ciudadanos. Además de explicar
el modelo de la Escuela Normal y de recordar a sus compañeros
asesinados y heridos aquel día, insistió en que el Estado mexicano
comete a diario asesinatos extrajudiciales
con total impunidad.
En
el momento de su intervención, Román García habló de las
valoraciones que ha hecho la organización Human Rights Watch sobre
la verdad histórica argumentada por el Estado, considerando que ésta
es sólo una verdad oficial, y añadió que la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos recomienda al Estado mexicano
abrir y profundizar nuevas líneas de investigación, por lo que es
necesario interrogar al 27 batallón de infantería en Iguala y
considerar como delito tipificado la desaparición forzada. En ese
contexto, donde México es el segundo país con mayor índice de
impunidad, después de Filipinas, se utiliza la tortura como método
de investigación y además el gobierno mexicano criminaliza y
estigmatiza a las víctmas, al punto que las secuelas psicológicas
en ellos son más severas.
En
un tono totalmente solemne y diplomático, la representante de
Asuntos Exteriores, fue muy escueta y se limitó a afirmar que su
gobierno está enterado de esta situación, de los efectos que
implican sus acuerdos sobre los derechos humanos, lo cual fue
discutido en la visita reciente a
México por parte del
canciller neerlandés de relaciones exteriores, Bert Koenders.
Inesperadamente,
el auditorio cimbró con la intervención directa y efusiva del dr.
Ackerman, quien señaló que en México existe un narco Estado
autoritario, dedicado a eliminar los derechos humanos y a los
activistas sociales. A diferencia de las otras participaciones, él
remarcó la agresión a los pueblos originarios, en específico
contra los estudiantes indígenas y consideró que los crímenes
federales que se cometen a diario en nuestro país son un problema de
ley internacional.
Antes
de finalizar el debate, Omar García insistió en responder a la
representante: "El problema no
es dialogar ni ir a instancias internacionales, ni sus
recomendaciones, eso lo hemos hecho durante ocho meses (pero) las
personas siguen desapareciendo, se sigue asesinando mujeres,
migrantes perecen en el camino (...)
por cada individuo o ministro que se
preocupa, otros 10 se levantan en contra y dicen ‘eso no se habla,
eso no lo publiques, porque no conviene a los intereses económicos’.
Entonces de qué sirve dialogar, somos víctimas, y nos han
revictimizado."
Ante
las próximas visitas de Enrique Peña Nieto a
Bélgica, París y la invitación para visitar los Países Bajos en
2016, también afirmó que es
inmoral invitar al presidente a sus países mientras las
investigaciones no acaban.
Al
finalizar el debate, y como una manifestación de solidaridad entre
pueblos de Mesoamérica, los
investigadores indígenas que estudiamos en la Universidad de Leiden
y algunos invitados expresamos
mensajes de fortaleza y lucha para
ellos en
diversas lenguas: nahuatl, ayuujk, mixteco, mayatán, kiché y
wirrárica.
La
Caravana regresó a México para continuar las acciones, alrededor de
una fecha en la que conmemoramos los 8 meses de la desapación de los
normalistas. Aunque parece una herida reciente, iniciada con la
declaración de guerra contra el narcotráfico hace casi 9 años, es
en realidad una herida que sangra desde hace más de 500 años.
Al
final de cada jornada, un estallido de innumerables:
¡Vivos
se los llevaron, vivos los queremos!
¡Vivos
se los llevaron, vivos los queremos!
¡Vivos
se los llevaron, vivos los queremos!
*Judith Santopietro (México, 1983). Escritora. Investigadora en Lozano Long Institute of Latin American Studies, Universidad de Texas, Austin, EE UU en 2012-2013. Actualmente es investigadora visitante en el programa "Time in Intercultural Context: the indigenous calendars of Mexico and Guatemala" de la Universidad de Leiden, Países Bajos. Dirige Editorial Cartonera Iguanazul: Literatura en Lenguas Originarias.
Aquí el resumen en imágenes de lo ocurrido el domingo.
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